La gestión del cambio, la mejora de procesos y la innovación ha sido algo que me ha interesado desde pequeño. En 2008 aterricé en una empresa en que el corazón de su actividad se basaba en la venta de maquinaria industrial de alto valor.
El reto era mayúsculo. La situación Mundial después de la crisis de las subprime en Estados Unidos, la hecatombe producida por la caída de Lehman Brothers que arrastró a todos los mercados financieros al colapso, hacía pronosticar que España por su estructura sería una de las economías más afectadas. La industria se quedó con una producción muy inferior a su capacidad productiva instalada. Muchas empresas cerraron y las maquinaria de segunda mano inundó el mercado.
El resto de sectores en España estaban en una situación similar, pasamos del “milagro español” a la destrucción de empleo superando la barrera del 25% (6 millones de personas) por largo tiempo.
Atreverse a cambiar era y es, el problema principal. Aunque la palabra cambio suena muy bien, la realidad es que se intenta aplicar las mismas fórmulas sin aprender del nuevo contexto.
Personalmente de esa etapa saqué la parte más positiva de dicha crisis para ayudar a la empresa a intentar regenerarse, cambiar y ser más eficiente. En definitiva, a empezar a saltar de espaldas cómo hizo Dick Fosbury en el mundial de 1968. Con la diferencia que nosotros no teníamos que hacer algo “tan innovador”, pero sí adaptarse a los tiempos.
Dick Fosbury en sus inicios no había logrado ni clasificarse para el equipo local en el evento de salto de altura. Con 1.93m de altura no tenía demasiada facilidad para aplicar la técnica más usada hasta la fecha, el “straddle” en el que se saltaba de cara.
No obstante en 1963 decidió trabajar en una nueva técnica de salto. En 1968 ni tan siquiera estaba entre los favoritos para ganar una medalla.
Fosbury innovó en aquellos Juegos. Dick era un estudiante de ingeniería y no podía luchar contra la gravedad o su envergadura, sin embargo posicionar el cuerpo arqueando la espalda le permitía sacar su centro de gravedad debajo de su cuerpo y así sortear el obstáculo con mayor facilidad. Fue medalla de oro y récord olímpico.
“Cuando sus competidores comenzaron a encontrar limitaciones en sus piernas, Dick Fosbury empezó a saltar con el cerebro”
Actualmente con una situación sobrevenida como la Pandemia, todas las carencias del sistema se han vuelto aún más evidentes.
“Sólo la industria puede generar crecimiento estable y de alto valor añadido. La industria es el único sector en el cual son posibles aumentos rápidos y sostenidos en productividad. Además, todo desarrollo industrial exige una mejora del nivel tecnológico y de las capacidades de gestión”. Mochón (2008).
España es un país de desarrollo tardío, por lo que la industria debe tener un papel significativo en la mejora de la productividad. Sin embargo no hay atisbo de mejora en las carencias que tiene nuestro sector industrial. Es necesario sustituir el uso intensivo de mano de obra poco cualificada, en trabajo precario y mal remunerado para impulsar en cambio la innovación para incrementar la calidad y la productividad del trabajo.
Sin duda apostar por políticas de innovación industrial, modernización del sector energético, políticas medioambientales y un cambio en el modelo educativo para sustentar esa necesidad de trabajo de alto valor. Al igual que el objetivo durante todo el mandato de Merkel ha sido el de reducir la deuda y conseguir dedicar a investigación el 3% del PIB germano para seguir siendo innovadores y a la vez para tener puestos de trabajo cualitativamente buenos en Alemania.
El aumento de la deuda de España tiene que volver a reducirse para poder ser competitivos, pero en ningún caso puede ser a costa de sectores puntales como son la industria cualificada para generar exportación, el sector educativo para cubrir esa demanda cualificada y por supuesto el sector sanitario que no solo es vital en momentos de pandemia sino como polo de innovación.
Un cambio en la aptitud y actitud empresarial también es necesaria. Las viejas fórmulas continuaran estancando el crecimiento y la capacidad de innovación. Es necesario que se generen procesos de cooperación, concentración y crecimiento para crear empresas industriales de mayor dimensión, con mayor propensión a la innovación y a la exportación.
España debe dejar de ser el país que tiene un porcentaje tan elevado de PYME’s y autónomos que luchan contra viento y marea sin el abrazo de las políticas económicas que estimulen su crecimiento. Estos emprendedores sí están donde están es fruto del esfuerzo propio.
En definitiva, el futuro de la economía española tiene unas expectativas que se sustentan en un tejido productivo con enormes carencias ante la competencia internacional. Estas dos crisis seguidas de larga duración han tenido una amplia destrucción del empleo, especialmente dura en los jóvenes (o ya no tan jóvenes) que están entre los 18 y 40 actuales. Esto dejará sin duda varias generaciones, mucho más preparadas que sus antecesoras, en una situación precaria laboral y de capacidad económica.
Al mismo tiempo, las carencias en los sectores tecnológicos, limitan también las posibilidades de desarrollo e innovación de los sectores más tradicionales, restringiendo las posibilidades de obtener mayores tasas de crecimiento económico sostenido a medio y largo plazo.
“La verdad es que no podemos continuar automatizando nuestra producción de manera exitosa sin repensar nuestras actitudes hacia el consumo, el trabajo, el tiempo libre y la distribución del ingreso. Sin dicho esfuerzos de pensamiento social creativo, la recuperación de la crisis actual será simplemente un preludio de más calamidades devastadoras en el futuro” (Robert Skidelsky, 2012).
Fosbury cumplió y se fue, pero dejó un legado eterno. Tuvo que aguantar las burlas por saltar de espalda en el instituto por ser considerado un chiflado hasta que ganó en México ’68 pasando a la categoría de héroe.
Fosbury no era un atleta dotado con grandes habilidades, adapto sus limitaciones, aplicó su ingenio y perseveró en su estilo. Sin embargo una década antes tampoco hubiera tenido éxito cuando después de saltar el listón el aterrizaje de espaldas hubiera sido encima de tierra en lugar de una colchoneta. Por lo tanto el momento y la ocasión es clave para el éxito. Aquellos que crean que podrán repetir fórmulas viejas y alcanzar los mismos resultados tropezarán con un listón que ha subido de nivel.
Innovar y estar a la vanguardia de las tendencias tecnológicas actuales son la única manera de mantenerse en la competición.
Aunque España no sea el atleta más dotado de la competición tiene que invertir en su ingenio y apostar por ese talento joven e innovador que nos puede ayudar a sobrepasar ese listón que no para de subir.
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La canción del vídeo (Hall of Fame – The Script, will.i.am) la encontraréis en mi lista ashbrain – my songs, mi vida en 24h de música y en 365 canciones: